¡CAMPEONES!!!!!!

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domingo, 18 de octubre de 2009

Alfonso Ussía

Montes

Sólo pulso el botón de «La Sexta» cuando retransmite fútbol y baloncesto. Es una cadena rara, como su periódico, que busca el gran negocio desde la izquierda radical. Conceptualmente, una contradicción y una locura. El monclovismo, el trotskismo y el buenismo del médico de familia unidos y reunidos para ganar dinero, que es aspiración legítima, por otra parte. Por otra parte de la ideología marxista, quiero decir.
Conocí a Andrés Montes en la inolvidable y atropellada –porque sufrió un atropello empresarial y político– redacción de Antena 3 de Radio. José María García lo fichó por sus conocimientos de baloncesto. No tenía edad entonces, y de ahí que me haya sorprendido saber que había cumplido 53 años. Y hablaba de una manera muy especial, que enganchaba, divertía y, en ocasiones, irritaba. Pero era un periodista diferente, gallego caribeño, madrileño castizo, y una estupenda excusa para la charla. En aquellos tiempos, en las redacciones se hablaba, y los redactores no estaban estabulados ante sus ordenadores como si fueran terneros de engorde.
En «La Sexta», Andrés Montes se hizo con el fútbol. Se equivocaba en ocasiones, pero tenía a Julio Salinas y a «Kiko» siempre dispuestos al salvamento. Completaron un equipo atractivo y distinto. Se jugaba otro partido en algunos momentos. Corría el balón por el césped, corrían los jugadores de los dos equipos, y Montes, Salinas y Kiko no paraban de reír. Esa sensación de armonía contagiaba. Sus mensajes y sus motes, sus latiguillos repetidos, se establecieron en la popularidad, lo que determina el éxito.
Y de baloncesto sabía más que nadie, pero también se rodeó de los mejores. El último «Eurobasket» lo retransmitió apasionadamente sabiendo que ya le habían dado el pasaporte de salida. Se despidió con enorme elegancia el día de la victoriosa final que hizo campeona a la selección de España. Me sorprendió que no le renovaran el contrato, cuando era la mejor referencia de la mimada y joven cadena, al menos para mí. He leído que se sintió decepcionado. La voz y el ingenio de Andrés Montes fueron básicos para que «La Sexta», en su dimensión deportiva, tuviera personalidad propia desde el primer momento. El único que se atrevía a decir, retando a lo políticamente correcto, «qué torpe es ese negro», porque él lo era también. Las empresas son de acero y, en ocasiones, de difícil comprensión. Cuesta mucho tiempo y dinero encontrar un perfil atractivo y con personalidad. Andrés Montes se lo dio a «La Sexta» desde el primer día, y ese logro es ya, de por sí, una formidable inversión empresarial.
Andrés Montes sabía que en la profesión del periodismo se disfruta en lo alto de la ola y se sufre en la espuma resignada de la ola cuando rompe. Hoy todo son cábalas y lamentos. «La Sexta» lo reconoce en un comunicado enviado a los medios. «Era un hombre que lo ha dado todo por nosotros y que ha sido uno de los símbolos de nuestra cadena desde sus comienzos». Pues no haberlo echado y entristecido, señores empresarios.

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