¡CAMPEONES!!!!!!

¡CAMPEONES!!!!!!

sábado, 3 de octubre de 2009

Tomás Cuesta

¡A buenas horas, brotes verdes!

Si Sánchez Albornoz sostenía que España es un enigma histórico, Rodríguez Zapatero, un personaje insostenible, ha convertido a este país en un enigma histérico. Es obvio, por ejemplo, que estamos donde estamos porque la histeria colectiva violentó la historia a raíz del11-M. Y porque, acto seguido, los brujos de la tribu destilaron un filtro de sapos y culebras, atizaron la hoguera cainita y pusieron al rencor en pie de guerra. Nadie hay más diestro que los zurdos manejando el garrote de los medios y el garrotazo -vil, pero certero- hizo que muchos, en las pasadas elecciones, extraviaran el sentido y el oremus. Año y medio después, los polvos de la crisis han espesado el lodazal de los impuestos y hoy son multitud los que, para coger aliento, respiran por la herida que les desgarra la cartera. Arrepentidos quiere Dios y bienvenidos sean aunque hayan llegado a los anises y cuando no hay enmienda. ¡A buenas horas, brotes verdes!
El caso es que, de pronto y de malas a primeras, los mudos dan lecciones de elocuencia y los tartufos presumen de sinceros. Jordi Sevilla (que es uno más de esos ministros-kleenex que, luego de desechados, a Zapatero ni le suenan) ha visto clarísimo que el panorama está muy negro. Habrá quien se malicie que bajo tan repentina lucidez se insinúa la sombra del despecho. Lo más probable, empero, es que el señor Sevilla -que se brindó a aliviar en dos patadas la burricie económica que aqueja al presidente- sólo pretenda hacer pedagogía al arrearle al susodicho un puntapié en los presupuestos. Si cada maestrillo tiene su librillo, éste, en particular, es como un libro abierto. La vida es una tómbola y los políticos vivales tentetiesos de feria. Algunos se caen del guindo por su propia cuenta y otros no se caen hasta que no les echan.
No obstante, el premio gordo a la doblez hipócrita, el lacrimógeno cinismo y el disimulo a pierna suelta, le corresponde al tortuoso Pedro Solbes que nunca, que se sepa, ha ido por derecho. Especialista consumado en los números de circo, los arbitrios contables y los jeribeques financieros, ahora intenta enjugar su déficit de imagen a base hacerse un hueco en el martirologio de Rodríguez Zapatero. A Solbes -según Solbes- nadie le echó del alcornoque en el que se cosechan las bellotas de los viernes. Se apeó por razones de conciencia y por no malgastar las margaritas con los cerdos. ¡Oiga usted, con un par! De bellotas, se entiende. Lástima que a Pizarro le pueda lo cortés y no le saque punta a la evidencia. El tahúr con el que disputó aquel mano a mano en el garito insomne de la tele es el mismo fullero, ¡vaya tela!, que se jacta de honesto.
Lo de Jordi Sevilla es chusco, pero menos. De los escarmentados nacen los avisados y si le vuelve a coger el toro no será por sorpresa. Lo de Solbes, en cambio, no hay por dónde cogerlo. Tránsfuga de sí mismo, ora sale de naja, ora por peteneras. Ha mentido en voz alta, ha mentido en silencio, ha desmentido el digo y ha desmentido el Diego. Ha sido algo peor que cómplice: ha sido el avalista de Rodríguez Zapatero. El «meeting-point» del hambre y las ganas de comer, de la desfachatez masiva -más IVA, que está a huevo- y la descomunal incompetencia. ¿Encima se lavará las manos? Mejor haría limpiándose la lengua. Y no se lo tome a pecho. Recuerde que pechar es tributar y en el pechado va la penitencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario