Desayuno con diamantes
Antes de la visita de los Reyes a EE UU y de la del presidente Obama a la próxima cumbre europea, José Luis Rodríguez Zapatero se ha apuntado a primeros de febrero al «Desayuno Nacional de la Oración», organizado por el muy conservador movimiento cristiano «The Family». ¿Quién lo ha visto y quién lo ve? Rodríguez Zapatero, tras sentar el culo ante la bandera de las barras y las estrellas, acude ahora a la Casa Blanca como Audrey Hepburn a desayunar una pastita frente a los rectangulares escaparates de Tiffany’s en la Quinta Avenida en Manhattan.
¿Qué pinta Zapatero acudiendo a un desayuno de oración donde no se resolverá ningún asunto de Estado que nos pete? El fondo de este desmayo espiritual es demasiado grosero. Los cabeza de huevo socialistas, muy preocupados por el protocolo, temían que llegado Obama a la reunión europea tuviera que saludar primero al presidente de la UE, Herman Van Rompuy. ZP les quiere madrugar a todos, a los Reyes, a Van Rompuy y hasta a Durao Barroso, yéndose precisamente a rezar a Washington DC. Rodríguez Zapatero no sabe decir en inglés ni «yes» y las imágenes nos mostrarán si abre los labios cantando los salmos o si aspira para dentro cantando «La Internacional».
Confiemos en que a este chico no se le ocurra levantar el puño. Obama, que es un abortista, sabe que los EE UU fueron cohesionados por el ferrocarril y el cristianismo. ZP abortista, más mujeriego que feminista, horadador de la familia cristiana y defenestrador de crucifijos, probablemente no ha pisado una iglesia desde que se casó católicamente con Sonsoles, pero comete la simonía de cruzar el Atlántico Norte para cantarle salmos a Dios. Estoy por ir a verlo. París bien vale una misa.
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