¡CAMPEONES!!!!!!

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sábado, 27 de febrero de 2010

Federico Jimenez Losantos

Estaba condenado a 36 años

Zapata, albañil, murió por la libertad

Orlando Zapata Tamayo vivió 43 años, casi todos bajo la persecución, las torturas y las cárceles de la dictadura comunista cubana. Perteneció al Movimiento Alternativa Republicana que pretendía la democracia en Cuba: libertad de expresión, reunión y asociación, elecciones libres, división de poderes. Y padeció nueve procesos sumarísimos. El último, en la Primavera Negra de 2003, que llevó a la cárcel a 75 disidentes del castrismo y a él le cayeron 36 años de cárcel. Su delito fue pedir demasiado. Pedía libertad. El régimen de Raúl y Fidel Castro lo distinguió con ese odio que suelen reservar los comunistas a los trabajadores más humildes y, además de continuas palizas –tuvieron que operarle por un enorme edema cerebral, fruto de las patadas en la cabeza– le aplicó las clásicas torturas soviéticas: el sueño, el frío, la sed… En huelga de hambre, lo tuvieron 16 días sin agua, produciéndole un fallo renal que le llevó al último hospital. Su madre avisó días antes que los hermanos Castro le iban a dejar morir. Nadie escuchaba. Era sólo un pobre albañil al que le parecía un asesino el Che Guevara.

Más huelgas de hambre

Y de Cuba vienen más Orlandos

José Luis Rodríguez Zapatero se negó a condenar a los verdugos de Orlando Zapata Tamayo en la elegante y moderna sala de la Alianza de Civilizaciones, decorada por Barceló, donde disertó sobre la pena de muerte. Aparentemente no le gusta, pero no le debe de molestar demasiado cuando se niega a condenar a los mayores y más pertinaces asesinos del continente americano: los hermanos Castro. Un día después, Zapatero pidió la libertad de los presos políticos cubanos, pero el ministro Moratinos precisó que la política con la dictadura cubana seguiría siendo la del diálogo, cuyos frutos son notorios. A los disidentes ni se les recibe en la embajada. Por desgracia para Zapatero y Moratinos, sepulcros blanqueados de la progresía y primos hermanos de la carcunda de Fraga y otros coristas franquistoides, de Cuba llegan noticias de más Orlandos. Eduardo Díaz Fleitas, Diosdado González y Nelson Molinet –condenados como Orlando en la Primavera Negra de 2003– están en huelga de hambre y se les ha unido Guillermo Fariñas. Qué forma de molestar a la Alianza de Civilizaciones.

En la portada de su nuevo disco

La desmemoria de Serrat

Era extraño que en año de aniversario, algunos virtuosos de la Memoria Histórica, refugio amable para artistas con más contactos que inspiración, recordasen a Miguel Hernández. No es la primera vez que lo hacía Juan Manuel –o Joan Manel– Serrat, aunque sus trabajos no tuvieran la frescura inolvidable de su primer LP en catalán –Paraules de amor, La Tieta, El Drapaire, Cançó de matinada– o del dedicado a Antonio Machado –La saeta, Yo voy soñando caminos–. Pero al margen del juicio artístico que merezca el trabajo musical de Serrat, es sorprendente que un disco dedicado a la memoria del poeta alicantino incurra en la desmemoria de convertirlo en anarquista, cuando Hernández fue un estalinista de estricta observancia, comisario político en el Ejército de la República, nada menos que en la Brigada de El Campesino. Poco les ha importado: el disco lleva en chafarrinón de diseño, portada y contraportada, la bandera rojinegra de la CNT-FAI. La hoz y el martillo no son muy comerciales, pero convertir a Hernández en amigo de Durruti es excesivo hasta para Serrat. ¿Padece alzheimer la Memoria Histórica?

Cazado con unas copas de más

Uriarte o la Seguridad Vial

Nacho Uriarte, diputado nacional y veterano líder juvenil de las Nuevas Generaciones del PP (29 años, camino de los 30), salía de Gabanna, a las siete de la mañana del viernes, con unas copas de más y acompañado de un amigo acaso beodo. En vez de pedir un taxi, el diputado del PP, miembro de la Comisión de Seguridad Vial del Parlamento, quiso conducir por la calle Serrano y acabó chocando con otro coche, un modesto Opel Kadett de 20 años al que descuajeringó. Andaban con los papeles del seguro cuando llegó la Guardia Civil, hizo las pruebas de alcoholemia y, ay, Uriarte dio el doble del límite permitido. El añejo líder juvenil, que dice que estudia Sociología aunque siempre se ha dedicado a la política, anunció su dimisión de la Comisión de Seguridad Vial, pero no del escaño. El PP, al verlo protegido por Rajoy, le ha arropado como a un bebé. «Todo el mundo tiene errores y cuando se admiten es digno de reconocimiento » (Cospedal); ¡y cómo no admitirlos, si te ha pillado la Policía! «Su preocupación y dolor le harán madurar» (Soraya). Duélase, pero no madure más o cumplirá los 50 como líder juvenil.

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