Martín Prieto

Visiones de USA

El almuerzo del Rey Juan Carlos con Obama anula políticamente la oración con el agnóstico José Luis Rodríguez Zapatero, que ni levanta el culo al paso de la bandera americana ni inclina la cabeza ante una plegaria en la Casa Blanca. El presidente Obama no está atravesando sus mejores momentos: le mastican las encuestas en su primer año de mandato, tiene en el aire la magnífica reforma sanitaria, ha perdido la mayoría del Senado, al general Stanley McCartey le ha prometido treinta mil soldados en Afganistán, tiene otra guerra abierta sin solucionar en Irak, Al Qaida sobrevuela, y se le ha caído Haití. Nunca un presidente de EE UU había tenido tantos frentes abiertos. Bien es cierto que durante su campaña electoral no dijo nada y ahora se está encontrando con los problemas hasta el punto de que tiene la piel más blanca que cuando inició su carrera en la Casa Blanca. Respecto a Irán, debe resoverlo con China y no extraña que su país tiene poco que ver con Europa. Que no haya tenido una cumbre con Rodríguez Zapatero es normal, tenga asuntos externos e internos extenuantes y una reunión con ZP le viene al viento.
Nunca un presidente se encontró con tantos problemas en su primer año de mandato. Los demócratas americanos siempre fueron intervencionistas, desde Wilson a Roosevelt o al erotómano de Bill Clinton. Un demócrata como Obama pretende salir de las guerras heredadas pero no puede. El 11 de septiembre empezó una guerra de la que no sabe salir...