¡CAMPEONES!!!!!!

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domingo, 13 de diciembre de 2009

Alfonso Ussía

Delito legal

La vicepresidenta del Gobierno le ha recordado al portavoz de la Conferencia Episcopal, monseñor Martínez Camino, que es el Parlamento y no la Iglesia, el encargado de legislar. No puede calificarse el recordatorio de brillante. La respuesta de la vicepresidenta se escapa de los argumentos. A falta de ellos, se contesta con una obviedad. Y todo por una pregunta de Martínez Camino que no ha sabido responder. «Quitar la vida a un inocente, ¿no es delito?». Nos ha recordado José Luis Martín Prieto el caso de Beethoven. Madre sifilítica, padre alcohólico y violento, carne de aborto. Pero la madre sifilítica parió un niño, al que pusieron de nombre Ludwig, sordo y malhumorado, y que al cabo del tiempo se convirtió en uno de los mayores benefactores de la humanidad. De haber abortado, estaríamos huérfanos de la obra genial de Beethoven. Y voy a rememorar un ejemplo más cercano, sin pedir el permiso a la formidable protagonista. Beatriz Ramírez de Haro, hermana de Fernando y cuñada de Esperanza Aguirre, quedó embarazada unos meses después de casarse. La técnica y la ciencia no eran tan precisas como ahora. Se lo dijeron con dureza: –Tiene usted un monstruo, un ser deforme, y debe abortar–. A Beatriz le pareció que aquel monstruo, aquel ser deforme, tenía todo el derecho a la vida. Consultó con otros médicos y todos coincidieron. –Un feto inviable–. Llegó el momento del parto, nada ilusionante, por cierto. Y nació el monstruo, el ser deforme. Se trataba de tres niñas perfectas, maravillosas, que por su posición en la placenta de su madre habían engañado a la ciencia. Son casos. Pero la pregunta no saben responderla. ¿Por qué no es delito matar a un inocente? ¿Por qué se considera un derecho asesinar al ser humano más indefenso? Es el Parlamento el que legisla, y nada que oponer al frío argumento de la señora vicepresidenta. Pero el Parlamento tiene que saber que está legalizando el asesinato masivo de seres humanos inocentes. La científica Aído ya nos dijo que hasta determinada semana el feto no es humano. Es decir, que hasta determinada semana el feto de una jirafa puede ser un rinoceronte. La ministra de la estupidez. El Parlamento va a legalizar el crimen masivo gracias al apoyo del PNV, un partido confesional desde su fundación por el beatorro de Sabino Arana. No escribo de un pecado, que lo es sólo para la Iglesia y los creyentes. Me refiero a un crimen, un asesinato, una agresión definitiva y terminal contra un ser humano vivo al que le niegan su derecho fundamental. El de la vida. El argumento del pecado carece de alcance porque no llega a quienes no les afecta. Pero el del delito duele más, y no tiene respuesta sencilla. Los parlamentarios católicos que voten a favor del aborto podrán sufrir o no, sobre sus conciencias, el peso del pecado. Un problema individual. El otro, el del delito, es colectivo. Legislar a favor de la muerte del ser humano no deja de ser un terrible contrasentido parlamentario. La Ley del Aborto de Bibiana Aído es la Ley del Crimen del inocente. Ya sabemos que es el Parlamento el encargado de legislar. Pero convendría que alguien tuviera respuesta a la pregunta, tan elemental y sencilla, del portavoz de los obispos. O es que no la hay.

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