Ante un balance iberoamericano
Dejando aparte la situación económica que ha de considerarse pintoresca de Cuba, que tiene ya de parigual en el mundo a países tan marginados en la actividad y el progreso como Laos o Corea del Norte y la extraña política económica venezolana, que ya ha provocado tres devaluaciones de su moneda, lo cierto es que después de una serie de marchas y contramarchas, en toda esa región pasó a crearse dentro de ese ámbito muy dinámico que es la Revolución Industrial, una realidad que mucho importa a España, por supuesto en lo político y en lo cultural, pero asimismo en lo económico.
Dejando aparte la situación económica que ha de considerarse pintoresca de Cuba, que tiene ya de parigual en el mundo a países tan marginados en la actividad y el progreso como Laos o Corea del Norte y la extraña política económica venezolana, que ya ha provocado tres devaluaciones de su moneda, lo cierto es que después de una serie de marchas y contramarchas, en toda esa región pasó a crearse dentro de ese ámbito muy dinámico que es la Revolución Industrial, una realidad que mucho importa a España, por supuesto en lo político y en lo cultural, pero asimismo en lo económico.
En este último sentido parece ser interesante efectuar algo así como un balance de esta realidad iberoamericana, con su pasivo y su activo, que se muestra con claridad en estos momentos de crisis económica mundial. Los datos principales de su pasivo se encuentran, en primerísimo lugar, en los niveles muy altos de corrupción que existen en la mayor parte de estos países. Para ese índice de percepción de la corrupción que publica Transparencia Internacional -que va de 0, corrupción plena, a 10, limpieza absoluta- aprueban sólo cuatro países iberoamericanos, dos con desde luego buena nota, Chile y Uruguay, -acompañados de Puerto Rico-, pero el resto suspende, escalonados desde el 4,3 de Cuba al 1,9 -la misma puntuación que Sierra Leona- de Venezuela. El ver a México con la misma calificación que Suazilandia, a Brasil con la de Marruecos o a Venezuela con Sierra Leona, indica la existencia de una tarea ineludible para lograr un desarrollo firme. Únase que al estudiar los Índices de Fuentes de Soborno (IFS), se observa que Brasil y México, desgraciadamente ofrecen unas cifras muy altas.
Casi diría que éste es el pasivo más importante, porque en el activo exhiben, con leves excepciones, tres grandes cambios. Han abandonado las ideas del aislamiento económico, debido a las viejas ideas del estructuralismo económico latinoamericano. Aquel ensayo de Aldo Ferrer, «Vivir con lo nuestro, ha quedado totalmente amortizado. Digamos lo mismo del abandono de un talante proclive al déficit fiscal. Acaba de señalar el Fondo Monetario Internacional que el ajuste para eliminar ese déficit -en nada parecido, por cierto, al colosal español- se va a producir de modo automático: «Como consecuencia de la recuperación económica, el fin del parón productivo y la recuperación de los precios de las materias primas». Amplíese esto con las informaciones que ofrece Cristina de la Sota en su artículo «Latinoamérica juega la baza de la fortaleza fiscal», en «Cinco Días», de 6/7 de marzo de 2010. Por otro lado, se ha aceptado que es el mercado, y no el sector público, el elemento más importante para el desarrollo económico. Es lo que se encuentra detrás de un fenómeno ciertamente nuevo, como es el de las llamadas «multilatinas» las multinacionales que han surgido en los países iberoamericanos. Léase toda la información que sobre este fenómeno encabezado por el documentado artículo «Multilatinas», de Álvaro Cuervo-Cazurra y el de Patricio del Sol, «Chilean Regional Strategies in Response to Economic Liberalization», ambos en la «Universia Business Review», primer cuatrimestre 2010.
De todo ello ha surgido un enlace novísimo, que sólo tenía el precedente de la nao de Acapulco de la etapa virreinal, de la apuesta iberoamericana por su enlace con los mercados, ahora en fuerte auge, de Asia. De Perú a Brasil, de Chile a Colombia, el mercado chino se ha convertido en la base de un fuerte desarrollo. Y a su lado, se encuentra la espera de un fuerte aumento de los precios, que se acabará por consolidar, en la energía, las materias primas y los alimentos. Piénsese que en un año, a finales de febrero de 2010, y respecto a un año antes, si bien los precios de los productos agrícolas alimentarios sólo han crecido, en dólares, un 13%, los agrícolas no alimenticios lo han hecho en un 89%, los productos metálicos, algo más de un 93%, y el 93% el petróleo. Amplíese esto sobre todo con el artículo de Pablo Antonio Merino García y Mauricio A. Ortega Hinojosa, «Evolución reciente del mercado de materias primas» en «Boletín Económico de Información Comercial Española», 16 a 28 de febrero de 2010. Tras eso se encuentra, sobre todo, como señaló ya a finales del siglo XX el GATT -hoy OMC-, que el comercio internacional transpacífico había saltado por encima del transatlántico. Sencillamente Iberoamérica comprobaba el cumplimiento de aquella profecía que formuló así el gran pensador argentino José Luis de Imaz en su «Sobre la identidad iberoamericana» (Editorial Sudamericana, 1984): «Las categorías Centro-Periferia son lábiles y la región más aún si llega a cumplirse la profecía... de que el eje capitalista mundial se traslada del Atlántico hacia Asia del Sudeste».
¡Qué no podría lograr Iberoamérica si es capaz de eliminar la lacra de la corrupción!
No hay comentarios:
Publicar un comentario