LA ESCOPETA NACIONAL
España se queda de nuevo sola
El departamento de estudios de UBS alertó hace casi medio año de la situación de Grecia y de que su caída podría provocar un impacto severo en economías como la irlandesa o la española. Moody's, Barclays Capital, Standard & Poor's y otros tantos se sumaron con mensajes de alerta. Pero aquello, como de costumbre, fue acogido entre risas y desprecio por nuestro Ejecutivo. No fue ése el caso de Irlanda. Mientras el Gobierno español dejaba sin impulso político el saneamiento de las cajas de ahorros -ha puesto más énfasis en sus declaraciones sobre la patética reapertura de los fantasmas guerracivilistas que sobre la situación financiera-, Irlanda lanzaba su banco malo, el Nama, y se hacía con 16.000 millones de euros de deuda inmobiliaria. Mientras la ministra Corredor nos decía por octava vez que "es un buen momento para comprar un piso", Irlanda rebajaba a la mitad (el 47% de media) el valor de los activos tóxicos de la banca, acelerando, en vez de ocultando, el ajuste de precio de los inmuebles en 'stock'. Mientras España seguía destinando líneas de financiación a las promotoras, Irlanda daba un plazo de un mes a las grandes promotoras para presentar un plan de viabilidad para pagar sus deudas o presentar su quiebra. Y mientras Zapatero se enredaba en una interminable negociación social con UGT y CCOO, Irlanda incluía en sus presupuestos presentados en diciembre pasado, sin cesiones a los sindicatos, un recorte de entre el 5% y el 15% de los salarios de los funcionarios. Y todo eso ha sido presenciado por los mercados.
España ha entrado, de nuevo, y cada vez más retrasada en esta segunda fase de la crisis. Y, por segunda vez, ha sido culpa nuestra. Mucho me temo que, en torno al verano, volveremos a escuchar a Rodríguez Zapatero asegurar eso de que el mercado nos tiene manía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario