¡CAMPEONES!!!!!!

¡CAMPEONES!!!!!!

jueves, 29 de abril de 2010

Carmen Rigalt

El ministro que sabe latín

La gente cambia bastante con los años. No siempre es síntoma de evolución, como tampoco es síntoma de rectitud ser fiel a los ideales de toda la vida. Depende.

A veces, perseverar en las mismas ideas no indica coherencia sino burrez. En fin. Tómenlo ustedes como quieran. Hoy sólo pretendo hablar de los hombres con afán de superación. En realidad ya estoy hablando del ministro de Fomento.

El otro día vi a José Blanco y me acordé de cuando era Pepiño. Él mismo se encargó de refrescarme la memoria con una diatriba contra la Falange, esa cosa sepia y estrafalaria que nos da tanta grima. A Blanco le salió el ardor guerrero del militante que lleva dentro y se puso chulángano con el PP. Fue un gesto oportunista pero excepcional, porque el nuevo José Blanco ha cambiado mucho, y no precisamente de chaqueta.

Ahora es el hombre que empezó a ser cuando abandonó la secretaría general del PSOE. Sin darnos apenas cuenta, ha crecido en estampa, ha pausado la voz y poco a poco ha ido adquiriendo tics de hombre de Estado. Hasta se le ha puesto cara de infraestructura.

Me pregunto cómo ha conseguido Blanco imponerse a su pasado y ahuyentar chistes y esperpentos.

Mira que es difícil driblar la fama demoledora que esparcimos los medios de comunicación. Pues bien. El ministro ha sabido esquivarla. Realmente parece otro. Incluso ha corregido los vicios de sus cacofonías con denominación de origen, cuando decía «conceto» por concepto y no había manera de tomarlo en serio.

Que no se me enfaden los gallegos: después de medio siglo, yo todavía digo «Madrit».

José Blanco ha alcanzado a Castelar, en cambio pero yo sigo en Mary Santpere. Recuerdo cuando Blanco venía a los actos conmemorativos de EL MUNDO. Era de los pocos sociatas que daba la cara. Solía llegar en compañía de Trinidad Jimenez, anfitriona del té con pastas que alumbró la Nueva Vía, hoy rebautizada como Vía muerta porque en ella duermen algunos nombres boicoteados por ZP, como Jordi Sevilla o Caldera. Pero Blanco destaca.

Él es la gran sorpresa, el hombre que entra en el futuro a la velocidad de crucero del Ave. Pepe Blanco sabrá mucho gallego, no digo que no, pero lo que más sabe es latín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario