¡CAMPEONES!!!!!!

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domingo, 11 de abril de 2010

José Mª Carrascal

Bienvenido mr. Marshall o frau Merkel

La buena noticia es que, por primera vez, aparecen síntomas de recuperación en la crisis económica que azota el mundo desde hace dos años. La mala, que esos síntomas no aparecen en la economía europea y, menos, en la española.
Aparecen en la economía norteamericana, que en marzo ha creado 162.000 empleos, invirtiendo una tendencia destructora implacable y prolongada. Hoy, el paro está todavía en el 9,7 por ciento, muy alto todavía para este país, pero al menos empieza a bajar. Y no por el impulso estatal, sino por el consumo privado, que ha dado un salto que asombra a todos. No hace falta ser un economista para apreciarlo. Dejé Nueva York en enero sumergido en una profunda depresión, con negocios cerrados, restaurantes vacíos y tiendas con más dependientes que clientes, y me lo encuentro con nuevos negocios, colas ante las cajas registradoras y gentes con bolsas por la calle, la mejor prueba de que los norteamericanos vuelven a tener confianza en su futuro. Pues los había dejado comprando sólo lo imprescindible, alimentos y medicinas. Ni siquiera iban al cine o compraban periódicos, limitándose a lo que la televisión ofrecía en noticias y películas.
A esta bajada del paro y crecer del consumo contribuyen dos elementos muy típicos de este país. El primero, que despedir a un empleado es muy fácil. La ley obliga sólo a darle dos semanas de sueldo. En muchos casos, recibe más, pero si la empresa está con el agua al cuello, se queda en eso. Pero por eso es también tan fácil tomar nuevos empleados si se necesitan. El segundo factor son las rebajas de todos los tipos y tamaños, en establecimientos modestos y de lujo, en coches y casas, en electrodomésticos y vestidos, que barren el país de existencias. Rebajas de hasta el 80 por ciento, reales, pues pobre del que intente trucarlas; corre el riesgo, no ya de la multa, sino de que le cierren el establecimiento.
Los expertos, a quienes ha sorprendido el vigor de esta recuperación, advierten contra el exceso de optimismo, aunque la mayoría coincide en que esta vez va de veras, si bien queda todavía un largo camino por recorrer hasta volver a la situación anterior. En lo que coinciden también es en un diagnóstico mucho más sombrío para Europa. La crisis griega sigue pesando sobre ella como una losa y la falta de acuerdo entre los distintos países para atajarla no hace más que ensombrecerla. «La única salida de Grecia -escribía ayer Paul Krugman- sería un corte salvaje de sus gastos y una subida de impuestos». O sea, medidas que ningún Gobierno europeo está dispuesto a tomar. Y menos que ninguno, el español.
Pero sólo hay dos caminos, el griego o el norteamericano. Aunque puede que algunos sigan ahí esperando que les salven los norteamericanos. O quien sea. Bienvenido Mr. Marshall, o Frau Merkel. ¡Pues anda que hemos adelantado en estos sesenta años!

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