¡CAMPEONES!!!!!!

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jueves, 30 de septiembre de 2010

David Gistau

La huelga, ni mentarla

De madrugada, este cronista se tostó el pan en casa porque no estaba seguro de encontrar abierto el bar habitual. Ni ningún otro del barrio. Esperaba que en las calles hubiera una desolación como la de la película 28 días después, con los piqueteros en el papel de zombis emboscados. Por eso fue extraño, nada más abrir la puerta del portal, ver un ser humano vestido de traje. Y otro. Y otro. Y colmada la parada de taxis. Y abiertos absolutamente todos los comercios, incluido el bar habitual, durante el paseo desde casa hasta el Congreso. Un aire rutinario roto sólo por que faltaban los autobuses y las calles estaban algo más sucias, sembradas de octavillas.

"A la 'vice' sólo le falta acusar al PP de bañarse en la sangre de los recién nacidos que secuestra"

El propio Parlamento era una burbuja ajena a la huelga. Faltaban siete diputados. Pero estaban las limpiadoras, los bedeles; incluso el bar Manolo, como siempre, prolongaba los corrillos entre café, humo y churros. Hasta tal punto no irrumpió la huelga que, salvo menciones superficiales, fue extirpada incluso de la contienda dialéctica en un día en que bien podría haberla empleado la oposición para ahondar el retrato del Gobierno como un ente espectral al que todo alrededor se le desmorona. Rajoy, como declarándose neutral -al contrario que Esperanza Aguirre- en un conflicto entre Gobierno y sindicatos, permaneció en el burladero y cultivó el perfil bajo de hombre que sólo aguarda para gobernar a que se complete la combustión espontánea del zapaterismo. Podría haber tomado el megáfono para anunciarse sobre los escombros de la zona cero como el arquitecto de un tiempo nuevo. Pero apenas se empleó en dos o tres azotes de aliño sobre el paro y la aureola resignada de los Presupuestos. Poca cosa.

En uno de esos días en que se le queda el peinado como a 'Piolín', la vicepresidenta De La Vega tuvo un trance algo más áspero. Sáenz de Santamaría, pasional como acostumbra, caracterizó los Presupuestos como el "testamento" de un ciclo que ya ha dejado "el país parado". La vice reaccionó, también como acostumbra, escaqueándose de toda respuesta y activando el piloto automático del insulto al PP: como se le hicieron -y nos hizo- largos los dos minutos y pico, se le fue la pinza y acusó al PP hasta de perseguir mendigos por la calle, así que ha abierto una nueva trocha argumental por la que, en próximas sesiones, esperamos que diga que el PP se baña por las mañanas en la sangre de los recién nacidos que secuestra por las noches. Son de derechas, al fin y al cabo, así que no menos cabe esperar de ellos. Rosa Díez también la exasperó con una referencia a los intentos gubernamentales de burlar la sentencia constitucional sobre el Estatuto y con una mención a los 472 millones que van a pagar en concepto de alquiler por permanecer en Moncloa. De la Vega replicó que todo eso sólo se le ocurre a una "centralista". Se sentó y, a su lado, Zapatero murmuró: "Muy bien".

La mañana languidecía cuando el diputado Alfonso Alonso afeó a Chaves el modo en que el pacto con el PNV ha ninguneado y puesto en precario a Patxi López, algo así como una víctima colateral del mercadeo de poder, como si ni siquiera importara la carga moral del acuerdo de gobierno en el Norte. Me fui, tratando de no escuchar, cuando Chaves se enredó con no sé quién del PP en un concurso de y tú más sobre transfuguismo.

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