¡CAMPEONES!!!!!!

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jueves, 16 de septiembre de 2010

Federico Jiménez Losantos

COMENTARIOS LIBERALES

Zapatágoras

Somos crueles o, cuando menos, injustos con Zapatero. Los filósofos han entendido mal su definición del parado como no parado, es decir, como trabajador por España. Albiac ha llegado a decir que es una adaptación del Orwell de 1984, por lo del doblepensar y el Ministerio de la Verdad, que era el de la Trola. Injusto ataque a Monteira, a quien se atribuye el discurso noruego. Pero aunque Albiac, como todo el mundo sabe, sea de la cáscara amarga, en el fondo es noble, y quien hizo su tesis doctoral sobre El Capital, dirigido por Althusser, reconocerá pronto un cambio de paradigma más enjundioso que el que separa al Marx idealista de los Manuscritos de 1848 del Marx científico de los Grundisse y El Capital. Seguro.

El filósofo de Oslo, a quien por diferenciarlo del joven Zapatero llamaremos Zapatágoras, instala su reflexión en el diálogo Oriente-Occidente, pero ojo, pone a Lao Tse y Confucio cabeza abajo (como Marx a Hegel) e ilumina su advertencia de que cambiar el nombre de las cosas cambia el poder sobre ellas y aun las cosas mismas (v. también Inmersio de Pujolius y Montillus).

Las cosas son lo que digo que son y el hecho de decirlo (función performativa del lenguaje en la lingüística, popularizada por el sí en las bodas, una palabra que se convierte automáticamente en hecho de enorme entidad jurídica y económica) las convierte en realidades que son iguales pero distintas, alumbrando otro significado del sí y el Todo.

¿Lioso? No. Sería, ya digo, injusto no dar a Zapatágoras, como a Mourinho, tiempo para que su novedad cuaje. Tal vez ha cometido un error: no caer en los cinco millones de parados reluctantes a admitir un cambio en su forma de pensarse trabajando.

Pero apliquemos el Teorema de Oslo a los muertos, que no hacen cola en el INEM. ¿Acaso son muertos los muertos? No. Son vivos en reflexión celular y mutación óntica. ¿Y un bebé cualquiera, por ejemplo el recién anunciado de Pe y Bar? ¿Es un bebé? En absoluto. Es un adulto que trabaja su estructura para adaptarla al tiempo-espacio de la contemporaneidad. ¿Y qué es un adolescente? Pues otro adulto pero en estado de precipitación. ¿Es viejo un viejo, vieja una vieja? ¡No seamos superficiales! Son bebés actualizando su Sein y su Zeit (Heidegger) para adaptarlo a la fase de reflexión celular.

¿Qué es un socialista? Un liberal en fase de negación. ¿Y un liberal? Gracias a Zapatágoras, el que acaba de terminar esta columna.

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