Federico Jiménez Losantos

Que desfile Chávez

Mañana dicen que es el día de la Fiesta Nacional, pero no hay que creer todo lo que se dice. Una nación que permite que en su territorio se multe a quienes usan el idioma común de esa nación, como sucede en Cataluña, será lo que sea -corral, aprisco, majada, cárcel o correccional- pero no una nación, salvo que la consideremos como nación sin Estado o nación sojuzgada y colonizada, que eso sí empieza a serlo España, capital Madrid pero metrópoli colonial Barcelona. O sea, que el 12 de octubre, día del Pilar y gracias.
De momento, Chacón no ha prohibido el desfile militar, aunque ya se habrá encargado Gallardón de hacer irreconocible la Castellana. Como de costumbre, la familia militar silbará a Zapatero y, también como de costumbre, la gente aplaudirá mucho a la Legión. No sé lo que pasará con la Guardia Civil, siempre popularísima y con varias generaciones ya dentro y fuera del Cuerpo, pero supongo que tras el espectáculo de desprecio protagonizado por su jefe político Velázquez, los asistentes al desfile tratarán de consolarla. Lo mismo deberían hacer con la Policía Nacional, humillada por el tal Velázquez tras los ataques del embajador de Venezuela. Hombre, lo ideal sería que desfilara Velázquez, para silbarle a gusto, pero Rubalcaba nos priva del acceso directo a sus criaturas orgánicas. Lástima.

Yo trato de recordar un caso similar en el que el embajador de una dictadura, imputado por asesinato y torturas, acuse de torturadores a los guardias y policías españoles por declarar unos etarras que se habían entrenado en Venezuela y, la verdad, no lo consigo. Ni siquiera la dictadura cubana, perita en abusos, llegó a tanto. Pero lo inédito e insólito en un responsable de la Policía o de la Guardia Civil es no salir en defensa de sus guardias sino del que acusa a sus guardias.

Eso ha hecho Velázquez y esa es la razón por la que la Guardia Civil y la Policía -con permiso del SUP, que vuelve a las andadas- deberían plantarse y no desfilar hasta que Rubalcaba no destituya a quien de forma tan miserable ha defendido al diplogorila que acusa a España de torturar etarras y de amenazar a sus familiares hasta que reconocieron en la Audiencia que en Venezuela los entrenaba el altísimo funcionario chavista y veterano etarra Cubillas. Yo creo que con Velázquez y el JAG hay razones harto suficientes para que la gente de uniforme se amotine contra Rubalcaba. Y el Pilar puede ser un buen día.