CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS

Una lección de propaganda

¿Qué se ha dicho de la «economía sostenible»?, le pregunté a un compañero que acababa de salir del Congreso. Fue entonces cuando él cayó en la cuenta de que el pleno no había dedicado una sola palabra a la cuestión, que habían anunciado como central, los voceros del Gobierno.

Una vez más José Luis Rodríguez Zapatero había demostrado su listeza propagandística. Durante varios días había tenido entretenidos a políticos y periodistas con el anuncio de un nuevo modelo económico. Pero esa no fue la única trampa.

Consciente de su soledad en relación con la crisis económica y la tragedia del paro, el presidente del Gobierno se dedicó a contentar a los partidos de izquierda que deberán salvarle los Presupuestos. Puso un gran énfasis en la subida de impuestos y dejó los detalles de esta para las negociaciones que deberá mantener con sus leales. A él le basta con contener el déficit y seguir gobernando.

Pero fue a más. Quiso escenificar el enfrentamiento con el Partido Popular aunque nunca hasta el punto de que se le pueda acusar de negarse a un pacto. ¿Pura apariencia? No sólo. Su situación le aconseja que sea el PP el que aparezca como el rompedor. Como sucedió. Porque Rajoy necesita pasar por coherente y «duro». Aún más. ZP accedió a la celebración de una reunión propuesta por aquel, dedicada a estudiar la reducción del gasto público. ¿Para ceder en algo? Sobre todo para conseguir que el PP haga públicas las propuestas que oculta por temor a un desgaste electoral.

¿Perdió ZP el debate? Desde luego no cabe decir que en algún momento tratara de disimular su soledad. Respecto al apoyo condicionado del PNV fue un modelo de lo que se entiende por jesuitismo. Este se queda con Vitoria al tiempo que vende su sentido de la responsabilidad «estatal» . A costa del PP