¡CAMPEONES!!!!!!

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lunes, 19 de octubre de 2009

José Mª Marco

Todo por la paz

Hasta seis veces, como mínimo, pronunció José Luis Rodríguez Zapatero la palabra «paz» en su alocución a las tropas españolas en el Líbano. También la escribió dos veces en el mensaje autista que dejó escrito en el libro de citas del Museo del Holocausto de Jerusalén tras una visita «absolutamente conmovedora», según dijo, de lo que se deduce que la visita le dejó absolutamente indiferente. Cuanto más se empeñan sus adversarios en hablar de situación bélica, más se empeña Rodríguez Zapatero en hablar de paz. Cierto que los réditos políticos de la palabra son gigantescos (como bien sabía Lenin), pero también lo son sus efectos perversos. Los primeros que los sufren son los que están en primera línea. Y no vienen sólo de los ataques de un enemigo que huele la debilidad como nadie, también proceden de dentro. La disposición a morir por los demás no se consigue de buenas a primeras. Hace falta un temple especial y muchos años de disciplina para tener el valor de conducirse con racionalidad, frialdad y compañerismo en situación de guerra. Los militares no se preparan para la paz, como las fuerzas de seguridad no se preparan para una situación sin conflictos. Se pasan la vida preparándose para el momento, que llegará más tarde o más temprano, en el que la paz se rompa. En buena medida, en eso consiste el ejército: es una interminable formación del carácter. Por eso, insistir en la palabra paz ante el ejército revela falta de consideración por parte de quien lo hace. En el fondo, se está dejando en ridículo a los militares. Se les llama belicistas, violentos, y se les señala con el dedo, para mofa de quienes dicen aspirar a la paz perpetua. Rodríguez Zapatero, con frialdad característica, juega con ventaja. Sabe que nadie le va a levantar la voz. Para eso están entrenados los militares, para callarse. No extrañará que otras personas le piten cada vez que pueden hacerlo.

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