ASUNTOS INTERNOS
La derrota de un gran estratega
Quintás, que es muy amigo de Mariano Rajoy, se ha convertido en la primera víctima política del flamante presidente de Caja Madrid. Rodrigo Rato asumió el cargo para mandar y, sin prisa pero sin pausa, está asentando sus legiones en la caja. Su estrategia es la que admira Quintás en Sun Tzu: "que el enemigo se rinda antes de iniciar el combate. Hay que establecer los recursos de tal forma que no haya que combatir, que se gane la batalla sin necesidad de cruzar las armas". Rato logró que él dimitiera casi sin necesidad de combatir, de igual forma que en la primera reunión del Consejo de Administración de Iberia a la que asistió se hizo lo que quiso el presidente de Caja Madrid, que sólo tuvo que pedirlo de forma educada.
La dimisión de Quintás y el desembarco del poderoso dúo Rato-Fainé en el puesto de mando de las cajas de ahorro no es más que la interesante espuma de los días de las humanas luchas por el poder. La realidad subyacente es bastante más grave y tiene que ver con el calamitoso estado en el que se encuentran las cajas de ahorro. Todos los analistas, todos los expertos, todos los dirigentes políticos que conocen el asunto aseguran que quince cajas de ahorro están en situación de quiebra. Pero nadie hace nada, ni el Banco de España, ni las comunidades que controlan esas cajas para colocar a los amiguetes, ni el Gobierno, ni la oposición. ¿Será mentira lo que dicen los expertos o es que nuestra clase política y financiera se ha instalado en la más absoluta irresponsabilidad? A ver si Rato lo arregla.
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