Geometría variable
La geometría, cuyo símbolo es una mujer con compás parecida a Isabel, la pura razón, surgió para medir las proporciones del cuerpo y poner límites a las crecidas del Nilo. Todo es geometría, el fútbol, el amor, la política. Pero –le pregunto– cómo va a ser geometría la política, que cambia cada año de axiomas. Insiste en que sí, aunque últimamente en España la geometría se ha desbaratado. Uno de la barra, que es colchonero sufridor, dice con delectación que se han ahogado en la burbuja los tiburones del fútbol y que sólo el Barça, conserva su geometría de juego, el balón icosaedro. Me convence de que el fútbol es también poesía, y si no, por qué Camus y Miguel Hernández aprendieron ética y métrica en los estadios. Miguel compuso un himno para su club de Orihuela.
En esas estábamos cuando llamó Santiago Mateo, primer empresario de comunicación de Castilla-La Mancha, para decirme que la política allí se ha desquiciado. "Es una moneda al aire. Lo que huela a Gobierno de Madrid es perdedor, por eso Barreda, se aparta del discurso de Moncloa, Barreda es 'Pepe' en otro sentido y va a perder en Guadalajara, pero puede ganar en Ciudad Real. Ganará el que domine los medios. Los de la gomina, los que tienen apellidos compuestos, me quieren comprar el periódico todos los días. La política al aire y aquí arruinándonos".
No creo que el destino consista en que alguien tire monedas al aire o juegue a los dados. Zapatero está aturdido, con ganas de escaparse, pero no ha perdido su noción de geometría variable, el resplandor de las minorías, esas alianzas parlamentarias de urgencia. Algunos piensan que el ardid ya no sirve y que hay que sustituirlo por un pacto de Estado; Zapatero, por el contrario, piensa que su Gobierno tiene asegurada la estabilidad parlamentaria hasta 2012 y ha puesto un cartel en Moncloa que dice: "No entre aquí quien no sepa geometría variable".
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