¡CAMPEONES!!!!!!

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sábado, 19 de diciembre de 2009

Alfonso Ussía

La boina

Los que viven debajo de la boina no se enteran de lo que hacen los que se mueven sobre ella. Son muy pocos los segundos y muchísimos los primeros. De golpe, me entero de que existen negociaciones para fusionar Antena-3 de Televisión con La Sexta. Es decir, la unión de una cadena de televisión libre, pujante y coherente con una inmundicia. No salgo de mi asombro. Antena-3 ha tenido, a lo largo de su ya estimable vida, accionistas de referencia distintos y distantes, pero siempre ha mantenido una línea de dignidad, buen gusto y rigor informativo. De ser cierta la posibilidad de unión de Antena-3 con La Sexta, nada aliviaría el disgusto de quienes creen en la libertad, la independencia, el respeto y la opinión no sujeta a dogmas y consignas. Y crearía una confusión contraproducente en otros medios que, sin duda, nos llevarían a una situación difícil. Me refiero a los que hacemos LA RAZÓN, que nada tenemos que ver con Antena-3, pero que sí coincidimos en el accionista de referencia. Muchos aprovecharían la situación para meter a nuestro periódico en el saco del pacto, que está por ver si se lleva a cabo, pero negociaciones, haylas. En LA RAZÓN, nuestros principios y valores están por encima, incluso, de los intereses de sus accionistas. Pero volviendo a la posible fusión de Antena-3 con La Sexta, no puedo por menos que escandalizarme. El accionariado, el estilo, la cuota de mercado, la influencia social y el prestigio de Antena-3 no han crecido y se han establecido en la sociedad española para salvar de la ruina a un grupo tan sectario, burdo, apesebrado e insignificante como el formado, a la orden de Zapatero, para desprestigiar la libertad. Si no les ha salido bien el invento, como el de «Público», que indemnicen a sus trabajadores y cierren la cadena. Ni Roures, ni el payasete del «buenismo», ni Contreras, ni Barroso, ni García Ferreras van a incrementar el número de los parados en España. Al «Gran Wyoming» le buscarán desde La Moncloa un buen encaje para que siga insultando a gusto de la retroprogresía. Pero Antena-3 nada gana con esta fusión. Pierde credibilidad e imagen. Y confunde a la sociedad, que puede interpretar que todas las sociedades que conforman el Grupo Planeta se han sometido a la devastadora infección que procura cualquier contacto con la cadena de Zapatero.
Antena-3 nació de la ilusión, como Tele-5. Fueron las primeras cadenas privadas de España, las únicas que, en un principio, nada tenían que ver con el poder político. Antena-3 ha sido una cadena libre y productiva. La avaricia de la publicidad rompe no ya un saco, sino un tanque de hormigón. Si Zapatero creó La Sexta para asegurarse una cadena de televisión incondicional y entusiasta, que la salve Zapatero, sin meter mano en la caja de los españoles. Pero no Antena-3, que no necesita para nada agobiar su futuro con un peso tan extenuante como prescindible. Esa fusión haría añicos todos los principios y valores de una cadena libre y demócrata. Malos socios se busca. Los propagandistas del sectarismo, del rencor renovado, de la militancia obediente, de la opinión amordazada y de la Izquierda más pueril y cínica. La Izquierda de los millonarios. Es de esperar que no se culmine la formidable gamberrada.

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