LA ESCOPETA NACIONAL
Topicazos de la reforma sanitaria de EEUU
Antes de sacar conclusiones interesadas, es conveniente analizar los datos de esta reforma. El último censo estimó la población estadounidense en 308 millones de habitantes. De ellos, 158 millones cuentan ya con seguro sanitario de empresa y otros 15 millones pagan personalmente sus pólizas. Además, 42 millones de jubilados están dentro del 'Medicare', y otros 46 millones –niños de bajos ingresos, embarazadas, discapacitados y pobres– están cubiertos por el otro gran plan público, el 'Medicaid'. Teniendo en cuenta que la reforma descarta la asistencia a inmigrantes sin visado, el grupo de beneficiarios se limita a unos 40 millones. Todo ello sin contar con los que hubiesen preferido pagar por los servicios sanitarios efectivamente recibidos frente al abono del nuevo seguro obligatorio, factor nada despreciable a la vista de que de estos 40 millones, 15 tienen rentas anuales declaradas superiores a 50.000 dólares y 18 millones, una edad entre los 18 y los 34 años, periodo de menor impacto de enfermedades.
En resumen, que más del 90% de los estadounidenses contaba ya con cobertura médica, realidad muy alejada del mensaje que lanzan determinados sectores empeñados en demostrar que en EEUU la población se muere por las esquinas. Y para el resto, la reforma tampoco será un festín público: la sanidad seguirá siendo privada, al margen de un reducido número de hospitales públicos que operan desde hace décadas.
Es decir, que esa reforma tan defendida por los múltiples seguidores de Obama hubiese provocado en España la mayor oleada de manifestaciones y protestas que nadie pudiese recordar. Eso sí. Para dar cobertura a ese 10% –lo deseasen o no– Obama gastará 1,072 billones de dólares en la década –contando la asistencia sanitaria más las subvenciones a los medicamentos–. Es decir, casi el equivalente a todo el PIB anual español. ¿No será ese tufo a gasto lo que en realidad tanto emociona al socialismo?
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