LAS CUATRO ESQUINAS
Sonsoles se siente 'enjaulada'
Dispuesta a consolidar un nuevo estilo de entrevista sin entrevistado pero con los amigos contestando por él, Vanity Fair ha repetido la fórmula ya usada con Letizia pero esta vez con la esposa del presidente del Gobierno.
Y si a la Princesa de Asturias le perjudicó que un «amigo» dijera que le gustaría desempeñar un papel como el de Rania de Jordania (aunque Jordania no juegue en la Champions League), Sonsoles Espinosa ha declarado –o han declarado por ella– que se siente «enjaulada» en Moncloa. ¡Con lo que darían los millones de parados españoles por una solución habitacional como la suya!
No obstante, en el mejor estilo raniesco y solidario, el último número de Vanity Fair revela a través de un clérigo que Sonsoles supo que en León no podían escuchar por falta de dinero unas obras de Bach, llamó por teléfono a quien fuera menester y de pronto pudieron ir.
Ventajas de la cárcel pajaril cantadas en México: «En una jaula de oro / pendiente de un balcón; se hallaba una calandria / cantando su dolor. Requerida por un gorrioncillo, la calandria precisó que aunque la jaula sea de oro / no deja de ser prisión». Pobrecita.
DESDÉN POR LA LEY EN CATALUÑA
Mas y Montilla, contra la Constitución
El sucesor de Jordi Pujol al frente de Convergència está empeñado en dificultar la derrota de Montilla que anuncian las encuestas. A cambio, Montilla, parece dispuesto a no entorpecer la victoria de Mas. Pero como ambos utilizan al Tribunal Constitucional para atizarse mutuamente, y ambos a Madrid, el clima político catalán se ha crispado hasta límites casi impensables. Lo que Pujol hubiera dicho «madrileños». Montilla quiere que todos los partidos políticos nacionalistas –sobran PP y Ciudadanos– revoten el Nuevo Estatuto en el Parlamento catalán, instancia última en que dirimirán los españoles sus disputas legales.
Mas dice más: que el Tribunal Constitucional no debería decidir sobre leyes ya votadas por los ciudadanos, lo que convertiría a los diecisiete parlamentos autonómicos en el Constitucional del Constitucional. Para rematar su desdén por las leyes, Mas dice que el voto, es decir, la voluntad del pueblo, es la esencia de la democracia. Pues no. Si el voto está por encima de la Ley es la esencia de la dictadura. Un cierto cabo austríaco lo sintetizó en su momento con cierto éxito: «ein Reich, ein Volk ein Führer». El Reich y el Volk ya van por delante.
OCURRENCIAS POR LA (DES)IGUALDAD
Pajín y Aído defienden el velo
Las dos huríes más famosas del zapaterismo han salido en defensa del velo islámico que, en aplicación del reglamento interno de un instituto de Madrid, impide ir a clase a una alumna musulmana. Leire Pajín, dispuesta a que no pase un día sin que echemos de menos a su predecesor Blanco, ha declarado que «el velo en los países occidentales es un símbolo de identidad cultural». Cierto: de la cultura de la sumisión de la mujer al hombre, que alcanza un nivel superior, casi sublime, en el burka.
Pero como siempre hay quien llega más lejos que Leire, Bibiana Aído ha salido también en defensa del velo islámico, que para eso se creó el Ministerio de Igualdad: para promover la desigualdad. Ambas insisten en que las muchachas de religión islámica deben tener libertad para vestir en clase como quieran. Será como quieran sus padres y con el permiso del centro escolar, porque eso de la libertad en jóvenes a las que la familia puede casar con un anciano en cuanto pueden reproducirse, no es muy popular en ciertas civilizaciones. Lo que no les gusta a las huríes es el crucifijo. Tampoco a Drácula.
MOUNRINHO, UN MALO BUENÍSIMO
El Hombre del Saco
Desde Alfonso Escámez, que entró de botones y acabó presidiendo el Banco Central, no hay una carrera tan espectacular como la de José Mourinho, que empezó trabajando en el FC Barcelona como traductor del entrenador inglés Robson y que pocos años después, acabó llevando a la gloria europea al Oporto, se convirtió en el entrenador de moda europeo en el Chelsea e incluso está resucitando al Inter de Milán.
Esto último no preocuparía al FC Barcelona, acaso el mejor equipo del mundo y que con Guardiola vive el mejor momento de su historia, si no hubiera tropezado y caído precisamente ante el Inter por 3-1 en el Giusseppe Meaza. El Barça encajó mal la derrota y la achacó al árbitro, que concedió el tercer gol a Diego Milito en probable fuera de juego. Xavi se le quejó y Mourinho le recordó que el árbitro Obrevo perjudicó claramente al Chelsea hace dos años en su eliminatoria con el F.C. Barcelona.
Pero lo malo no es que el Inter haya tomado la delantera en las semifinales, algo que el Barça puede remontar en el Nou Camp, sino que Mourinho parece disfrutar como el malo de la película. O de Home del Sac.
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