¡CAMPEONES!!!!!!

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sábado, 24 de abril de 2010

Martín Prieto

Jaime Campmany

Al escritor y periodista Jaime Campmany le han dedicado una calle en Madrid contra la opinión en el consistorio de PSOE e IU. Los unos aducen que era un fascista y los otros, machista. Fascista fue hasta de un republicanismo que no le cabe ni a José Luis Rodríguez Zapatero ni a su ideólogo de cabecera Petit, y por su edad no le alcanzó ni a los cojoncillos de los arreos de militante al callejeado.
De machismo sólo tuvo aquello que los hombres tenemos de seducción por las mujeres y un desmayo por las curvas y los estrógenos. En cualquier caso, de machista no llegó a los calzones irrespetuosos de una tal Bibí Aído. Siempre fue un señor y un caballero y uno de los mejores escritores y articulistas en la Prensa española. El Luca de Tena que acaba de morir le dijo: «mientras yo viva siempre tendrás tu columna en ABC». Transmuertes. Republicanismo contra monarquismo pasado por la calidad de la escritura.
Jaime fue mi amigo y, de no haberse muerto tempranamente también hubiera sido padrino de mi boda canónica en la iglesia de Los Jerónimos, como lo hizo Celia Gámez de la mano del general Millán Astray. Poco antes de su óbito me mandó un brevete: «Tenemos que vernos porque la vida se nos acaba». La vida se me acabó con él y sin sus amenas conversaciones desde el Lago di Garda, al norte de Italia, donde pasaba los veranos tras haber sido exiliado a Roma como corresponsal indeseable del viejo régimen. Fue mi padre sustituto, hoy denostado por las izquierdas para poder tener una calle en Madrid.
Conchita, que aún me sigue alimentando con croquetas, Emilio, su único hijo varón, que según su madre es un admirador mío, y Laurita, la poetisa que escribe artículos en el ABC, me han decidido a mudarme a la calle de Don Jaime Campmany.

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