¡CAMPEONES!!!!!!

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martes, 11 de mayo de 2010

John Müller

El 'doctor' Zapatero ya es conocido por los mercados

Ayer el presidente del Gobierno no habló de economía, pero como si lo hiciera. Salía del hospital Clínic de Barcelona de saludar a Don Juan Carlos cuando ofreció a la prensa el parte médico más inesperado: vaticinó que "el Rey estará" en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Europa, América Latina y el Caribe que se celebrará el 17 y 18 de mayo en Madrid. Eso significa que el Rey deberá estar a pleno ritmo en apenas una semana cuando el sábado pasado los especialistas vaticinaron que sólo podría recuperar la actividad "no física" en 15 días.

Aunque dada la fortaleza del jefe del Estado no hay que descartar que su recuperación vaya más rápido de lo esperado, quizás el presidente fue muy lejos en sus apreciaciones.

Es este sempiterno desfase entre la opinión técnica y la convicción personal de Zapatero de que su optimismo puede cambiar la realidad lo que los mercados ya han descontado de sus anuncios. Esto, que en tiempos de bonanza parecía una licencia, un rasgo de carácter sin importancia, es lo que hoy más erosiona su credibilidad.

Ayer, cuando Zapatero fue a visitar al Rey, el Gobierno todavía no había zanjado si haría algún anuncio económico contundente en el curso del día. El presidente barajaba la opción de dedicar el lunes, libre en su agenda, para preparar su comparecencia en el Congreso de este miércoles.

Esa era la idea desde que en la madrugada del sábado Zapatero anunciara que "adelantaría" una parte de su plan de ajuste del déficit público.

El problema, que ya habían visualizado en Bruselas, en Moncloa y en el Ministerio de Economía que encabeza Elena Salgado, es que los mercados no iban a esperar hasta el miércoles para valorar las decisiones del Eurogrupo que ayer confirmaron los ministros de Finanzas del Ecofin.

En el Gobierno hay diferentes sensibilidades respecto de los mercados. Ayer por la mañana, el presidente parecía más proclive a hacerle caso a los que creen que, haga lo que haga el Gobierno, los mercados van a triturar todos los valores que lleven la marca España esta semana. Esta es la tesis de quienes creen que hay un ataque coordinado de especuladores traicioneros.

Otro grupo, situado básicamente en el Ministerio de Economía, piensa que el adelanto de un conjunto macizo de medidas, explicadas en detalle, y a ser posible coordinadas con anuncios similares de otras economías europeas, unido a la nueva red de seguridad para países en problemas que ha tejido la UE este fin de semana, podrían disuadir a los mercados y tranquilizar la situación. El problema es que aunque el ajuste adicional anunciado ayer no es despreciable parece una gota de agua en el océano de nuestro desequilibrio fiscal. 5.000 millones este año apenas significan que nuestro déficit en lugar de ser del 9,8% del PIB va a ser del 9,3%. Y un 1% en 2011 supone pasar de un déficit presupuestado del 7,5% al 6,5% del PIB.

En cualquier caso, siempre será mejor una política de ahorro como ésta que una de autocomplacencia que se escuda en la repetición de las ideas de Gordon Brown de que la retirada prematura de los estímulos fiscales puede lastrar nuestra incipiente recuperación.

Fue precisamente eso lo que Zapatero esgrimió como razón para no darle satisfacción a Mariano Rajoy, tras su encuentro del miércoles pasado donde el líder del PP le instó a endurecer el ajuste fiscal.

"El plan de Rajoy no cabe porque lastraría la recuperación", repetía una fuente de Moncloa ayer a mediodía, pocos minutos antes de que se decidiera anunciar el recorte improvisado de 15.000 millones este fin de semana.

Algo cambió en la disposición del 'doctor' Zapatero entre la mañana de ayer y el mediodía. Quizás no ha podido renunciar a su optimismo antropológico, pero ha tomado conciencia de que esta semana va a tener que rendir uno de los exámenes más importantes de su vida.

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