¡CAMPEONES!!!!!!

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lunes, 17 de mayo de 2010

José Mª Carrascal

¿Garzón a La Haya?

Tras haberse abierto proceso a Garzón y considerar el Tribunal Supremo idónea la actuación del juez instructor, al CGPJ no le quedaba otro remedio que suspenderle de funciones, si no quería ser él quien infringiese la ley.
Otra cosa es que le autorice a ocupar el puesto de «consultor externo» que le ofrece la fiscalía de la Corte Penal de la Haya. Debe de resultar tentador no ya para sus colegas, sino para buena parte de los españoles, despachar lo más lejos posible a un juez que crea más problemas que resuelve, a tenor de sus actuaciones. Pero son precisamente sus actuaciones las que aconsejan no precipitarse, para no meternos en mayores líos de los que estamos. De ahí lo oportuno de los cinco informes pedidos por la Comisión encargada del asunto, antes de pronunciarse. El primero, al fiscal de La Haya, preguntándole si sigue interesado en tener como colaborador a alguien suspendido -lo que supondría menos exigencias de la Justicia internacional que la española- y, sobre todo, si el cargo conlleva algún tipo de inmunidad, ya que entonces sería un indulto encubierto.
Respecto a los demás informes, puede adelantarse que ni el Ministerio de Exteriores ni el de la Fiscalía General del Estado contendrán objeciones. Pero tanto la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que juzgará a Garzón, como la secretaría del CGPJ, pueden pensar de otra forma, al existir informes de sus expertos que se oponen por razones legales a conceder dicho permiso.
Añadimos otro de sentido común: con tres causas abiertas, Garzón tendrá que estar durante los próximos meses en España más que en Bruselas, dedicando a su defensa la mayor parte de sus esfuerzos.
Quedando además el rabo por desollar. No me refiero a la inmunidad que el juez suspendido puede alcanzar, sino a las atribuciones que en la Corte Internacional pueda obtener. ¿Cuáles serán? ¿Las de un fiscal ordinario o extraordinario? ¿Y si un buen día decide que la ley de amnistía que nos dimos los españoles en 1977 no se ajusta a los criterios de los crímenes contra la humanidad? ¿Y si encausa al Tribunal Supremo español por haberle impedido investigar tales crímenes? Espero no estar dando ideas a alguien tan hiperactivo como Garzón y advierto que se trata de escenarios meramente hipotéticos. Pero el caso ya es de por si bastante complicado como para complicarlo aún más. Si Garzón quiere continuar su actividad en la Haya, lo mejor para él, para la Justicia española y para la propia Corte Internacional es que se vaya con el expediento limpio. Es decir, tras haber demostrado esa inocencia que él y sus seguidores proclaman. Cualquier otra cosa tendría aroma de maniobra estratégica, de huida de la quema, de cierre en falso de un envenenado contencioso.
A no ser, naturalmente, que Baltasar Garzón y sus seguidores no crean en la Justicia española

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