¡CAMPEONES!!!!!!

¡CAMPEONES!!!!!!

martes, 18 de mayo de 2010

Tomás Cuesta

El recorte de mangas

EN una semana apenas, en un decir Jesús, en menos de lo que tarda un cura loco en persignarse, el edén del optimismo a piñón fijo, de la solidaridad seráfica, del igualitarismo romo y de la modorra subsidiada, se ha convertido en un páramo asmático en el que los pensionistas ponen a remojar sus barbas en el mismo puchero en el que cuecen los garbanzos. Y todo porque Rodríguez Zapatero -el Obama pálido- se ha hecho a sí mismo un recorte de mangas y, en lugar de envainarse la cartera de Igualdad o clausurar la sinecura del compañero Chaves, ha tirado con postas contra los jubilados. A fin de cuentas, los jubilados son un muermo y la señora Aído un jubileo interminable. Por no hablar, claro está, del jubiloso enjambre de asesores sin seso y validos inválidos, soplagaitas sin fuelle y correveidiles cojitrancos que mosconea alrededor de proyectos vitales para la prosperidad doméstica y/o la planetaria como la célebre Alianza de Civilizaciones o el Plan E, por ejemplo, que es todo un planazo.
Al presidente no le ha temblado el pulso, no ha fruncido el ceño, no ha pestañeado, a la hora de aceptar las provisiones impuestas por el FMI, el Banco Central Europeo y la UE. Tal cual le llegó el recado se lo trasladó a los destinatarios. Sin alteraciones, sin adendas, sin modificar un ápice. Con esa gestualidad blandengue y desestructurada en la que se atrincheró cuando, tras haber puesto a Solbes al cabo de la calle, se dispuso a llevar las finanzas de España sin ayuda de nadie. Algo que, en su caso, viene a ser igual, o por ahí le anda, que pilotar un coche sin volante, un barco sin timón o un avión sin alas. O sea, un contradiós de tomo y lomo, un delirio aberrante, un disparate. Lo habitual, sin embargo, en un Gobierno de vuelo gallináceo que no logra alzar la cresta ni desplegar las alas a pesar del empeño que despliegan sus cómplices mediáticos y de la actitud contemplativa de la leal oposición, que gloria haya.
Tal vez lo más escatológico de este desatino sea la ruptura entre Zapatero y los sindicatos, esas hordas anquilosadas en una abstracta representatividad que se habían erigido en los comisarios político-económicos del país sin pasar ni por las urnas ni tan sólo por unas miserables oposiciones. Hasta la semana pasada, hacían y deshacían a su antojo, como si España fuera el último reducto de los soviets, tal era su predicamento en La Moncloa y en las sedes ministeriales de lo económico. Desactivadas las terminales empresariales, Méndez era el amo, el capataz, el encargado, el jefe de una cooperativa. El drama es que esa factoría era, en parte, la economía española, cogida con pinzas, imperdibles y otros artilugios de natural endebles para el vendaval que, otra vez, Solbes y Pizarro ya advertían a gritos y aspavientos desde 2008.
Sin embargo, Zapatero tocaba la lira y se gastaba los cuartos en paridas mientras incrementaba el déficit de manera compulsiva, como un ludópata desesperado aferrado a la palanca de una máquina tragaperras. Así consiguió ganar sus segundas elecciones, a base de crear un agujero en las arcas públicas que ahora van a rellenar los jubilados, los funcionarios de base, los menesterosos y los que soñaban con que el Estado Providencia iba poner remedio a sus quebrantos. Aquí termina el sueño y aquí nos han llevado

No hay comentarios:

Publicar un comentario