¡CAMPEONES!!!!!!

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martes, 18 de mayo de 2010

Carlos Cuesta

Zapatero es el problema, no la solución

El ejercicio de travestismo político realizado el pasado miércoles por el presidente ha abierto una puerta de esperanza. El anuncio del recorte de 15.000 millones de euros supone un cambio de rumbo impuesto por Europa que demuestra que las instituciones internacionales pueden salvarnos de un desastre al que caminábamos con paso firme. Pero basta repasar las cifras de la crisis para darse cuenta de que mucho queda por hacer y demasiados años por padecer como para pensar que el mismo Gobierno que ha sido parte determinante del problema pueda ahora ser parte de la solución.

Tres son las lacras inmediatas que azuzan la crisis española. En primer lugar, un mercado laboral rígido hasta el extremo, donde las empresas no pueden evitar en plena crisis el incremento de los costes laborales por despido, cotizaciones, impuestos y salarios (con crecimientos del 3,6%, los costes por hora trabajada cuadruplicaron el avance de los precios a cierre de 2009). Nada se ha hecho hasta la fecha para solventarlo.

La segunda lacra es la tremenda sobreexposición del sector financiero -especialmente cajas de ahorros- al parón inmobiliario: con un volumen de 350.000 millones de euros en créditos a este sector (cinco veces la cifra de 2004) nos hemos convertido en la economía más atrasada en la solución de un problema que asfixia la concesión de créditos al resto de sectores. Valga como referencia que Irlanda, país que ha sufrido un pinchazo inmobiliario similar al nuestro ya ha aprobado la quita de un 47% del valor de los activos inmobiliarios tóxicos en manos de la banca. Por el contrario, en España se ha permitido falsear -no actualizar- el valor real de estos activos en los casos más graves y, además, el plan de rescate a las cajas -Frob-, con todos sus defectos, sigue paralizado seis meses después de su anuncio.

"El retraso en la adaptación de las medidas provocaría un daño tan imperdonable como dejar impune la negligencia del Gobierno"

Y en tercer lugar, la lacra de un derroche sistemático fruto de una burocracia enloquecida y un electoralismo permanente capaz de hacer que gastemos el doble de lo que ingresamos: con un déficit en 2009 de 120.000 millones y un agujero previsto para 2010 de otros 90.000 millones, el único parche observado se limita a ese tenue recorte de 15.000 millones anunciado el miércoles.

Éste es el panorama real. Y ya hemos visto lo que ha tenido que ocurrir -hundimiento de Grecia y llamada de Obama incluida- para que tras tres años de crisis y con 4,6 millones de parados se haya adoptado lo que sin más es un gota en un mar de urgencias. Por todo ello, no puede seguir Zapatero al frente. Porque el retraso en la adaptación de las medidas provocaría un daño tan imperdonable como dejar impune la negligencia del Gobierno.

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