¡CAMPEONES!!!!!!

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lunes, 15 de febrero de 2010

José Mª Marco

Resabiados

Alfonso Ussía defendía ayer en estas páginas la intervención del Rey para pedir un pacto contra la crisis. Hace unas semanas Caín, también en estas mismas páginas, publicaba una viñeta en la que aparecía un edificio burocrático con un cartel: Ministerio de la Incredulidad. Ussía y Caín, juntos, proporcionan una imagen bastante exacta de lo que nos está pasando. Ya es grave de por sí que casi todo el mundo, en la clase política y en los círculos periodísticos, dé por supuesto que nadie se cree lo que dice. Que ese cinismo empiece a cundir en todas partes lo es aún más, aunque parezca lo contrario: perder la vergüenza no lleva a un grado superior de conocimiento ni incita a la acción, más bien indica la predisposición a darlo todo por sabido y quedarse donde se está, por si acaso… Hacer de esa abstención resabiada el ápice de la sabiduría política es, en el fondo, un recurso de timoratos que disimulan su escaso valor con la invocación del «ya te digo». Hasta eso se llega, entre otras cosas, por el cinismo exhibido por los poderes públicos. Rodríguez Zapatero y los socialistas han convertido la política en un espectáculo hecho de insultos, amenazas y coletillas ideológicas. «No voy a tocar los derechos sociales» es una frase digna del género chico, que en tiempos menos adelantados (dan ganas de escribir menos «adelantaos») que el nuestro ya habría subido a las tablas en boca de un castizo, con música de tango levantisco, chulesco y guasón. Que nadie se crea nada, una vez demostrado que la política, en democracia, es un simple ejercicio de cara dura para mantenerse en el poder y rebañar lo que se pueda, resulta natural. Nuestra historia sugiere que cuando se llega a esto los españoles añoran –y casi siempre consiguen– un «cirujano de hierro», más o menos benévolo y paternal, que les libre por una temporada de la infección de los políticos.

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