¡CAMPEONES!!!!!!

¡CAMPEONES!!!!!!

lunes, 19 de abril de 2010

David Guistau

AL ABORDAJE

Garzón es un 'macguffin'

Desde que Hitchcock inventó el término, el 'macguffin' es una excusa argumental que tan sólo sirve para impulsar la trama. El 'macguffin' ni siquiera ha de ser resuelto. Basta con que implique a los personajes en un ambiente, en una búsqueda o, simplemente, en un mismo espacio en el que no habrían coincidido de otra manera. A partir de ahí, discurre el asunto.

La historia también ha frecuentado los 'macguffin'. El hundimiento del Maine, por ejemplo, fue el 'macguffin' de la guerra de Cuba y de la temperatura calentada por la propaganda de Hearst para propiciarla: "Yo pondré la guerra". En este sentido, el juez Baltasar Garzón es un 'macguffin'. Y lo es porque sus entuertos judiciales constituyen la excusa argumental que esta semana, tal vez de forma algo prematura, ha impulsado una trama que va a prolongarse durante casi dos años de los que ya estamos hastiados: la de la campaña electoral.

Por un lado, antiguos y actuales servidores de la voluntad de Régimen del socialismo, algunos de ellos voceando un pedigrí antifranquista sobrevenido. Por otro, artistas de los que se han arrogado la infatigable vigilancia moral de este imperfecto país nuestro que aún tendría pendiente la corrección civil mediante el cordón sanitario. Unidos por el 'macguffin', todos ellos han coincidido en una misma indignación calculada y en un mismo espacio, el de la Complutense, donde han proclamado la vigencia del fascismo. No porque se lo crean, no para influir en un proceso judicial, no para cobrarse sobre Franco una victoria retrospectiva, sino para empezar a ganar unas elecciones. Aunque sea a costa de aventar el odio folclórico que aún posterga nuestra eclosión como una de esas democracias de reloj de cuco que aburrían a Harry Lime.

Al fin y al cabo, fue el odio, el del "Pásalo", lo que consagró al primer Zetapé. Y no ha de renunciar a esa baza mientras sólo pueda presentar a sus electores un balance catastrófico: la España convertida en Zona Cero del peor presidente de la democracia. La escombrera sobre la que yace, no ya el porvenir de generaciones, sino la inspiración y la fe que se tuvo una nación que supo reinventarse cuando la Transición la estimuló con una concepción de destino que ya está agotada. Así, la opción de éxito electoral que le queda a Zetapé es falaz y anacrónica, pero eficaz: agitar a sus votantes con el miedo a la bicha, empapar a la gente durante dos años, como si de un orvallo se tratara, con la advertencia de que o es Él o es el fascismo. Los 'tonton-macout' del Gobierno ya han empezado a usar el 'macguffin' Garzón para perpetuar la identificación de la derecha liberal con ese fascismo mitológico y sacamantecas. No dejarán de hacerlo durante los próximos dos años: es la única baza que les queda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario