¡CAMPEONES!!!!!!

¡CAMPEONES!!!!!!

sábado, 24 de abril de 2010

David Torres

A DIESTRA Y SINIESTRA

'El Starsky' de Parla

En declaraciones hechas al periódico La Vanguardia el 8 de abril, la ministra Trinidad Jiménez reconoce que para que entre en vigor la nueva ley contra el tabaco hay que dejar pasar el impacto psicológico de la crisis económica. Traducido al román paladino, a la ministra de Sanidad le importa una braga la salud pública y no digamos la de usted: lo que cuenta es ganar las elecciones y luego ya se verá. Una ley impopular para los fumadores y para todo el sector servicios podría gravitar muchos votos del PSOE al PP, aunque el PP en bloque no sea más que una cofradía de meapilas que luego vota las mismas leyes contra la libertad del ciudadano sin fijarse siquiera en lo que vota. Trinidad Jiménez ofrece en estas jugosas palabras su sonrisa más sincera y espléndida: una boca que es toda dientes, toda tiburón.
Pocas veces habrán quedado más claras la hipocresía y la necedad de una clase política para la que el oportunismo es la única ley. Sobre todo en estos días en que suena el nombre de Trinidad Jiménez como candidata contra Esperanza Aguirre en los próximos comicios, no tanto porque crean que tiene alguna posibilidad de ganar sino porque podría arrancarle más votos que el actual sparring, Tomás Gómez. Anteriormente la duda estaba entre Tomás Gómez y un gato de plástico de un supermercado chino, de esos que se despiden eterna y cariñosamente a patita alzada. Casi cualquier cosa mejor que Tomás Gómez, el vocinglero afilador capaz de subirse a un coche patrulla de la policía municipal e improvisar un mitin desde los altavoces. Desde entonces algunos lo llaman el Lenin del madroño, otros el Starsky de Parla y otros el gitanillo de Ferraz. Ay, que me lo quitan de las manos.
A Tomás Gómez puede salirle muy caro su intento de imputar a 45 altos cargos y funcionarios de la Comunidad de Madrid por haber firmado facturas de empresas relacionadas con la trama Gürtel. Más papista que el Papa, Gómez incluía en su petición a un fallecido de hace tres años, para dejar claro que ni la muerte podía interponerse en su afán justiciero. Primero Lenin, luego Starsky y por último, Charles Bronson.
En realidad, Gómez confundió cantidad con calidad, pensando que al pedir la cabeza de un montón de funcionarios reclamaba también la decapitación de Esperanza Aguirre, su Herodes particular. En su estrategia contra la presidenta intenta jugar la baza de chico del sur de Madrid contra la niña pija sobrina de poeta, pero incluso cuando descienden a pelear al nivel de las navajas el pobre Gómez sale siempre escaldado, como el gato de un chino meneando la patita, despidiéndose del sillón que se aleja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario