Federico Jimenez Losantos

COMENTARIOS LIBERALES

La niña de Bono

Seguramente preocupado por el absentismo de los diputados y el desprestigio de la casta política, don José Bono ha decidido favorecer el 'chafardeo', el 'toletole' y el bisbiseo de los locutores en los que se solaza la extrema derecha: o sea, el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el sucesor de Franco a título de Rey, que se troncha de risa viendo a Bono convertido en el pocero del régimen fáctico en ciernes, liquidador del de 1978. Desde que decidió explicar pormenorizadamente su patrimonio, no hay día en que no descubramos algún despiste, olvido o quisicosa que se le pasó declarar entre sus bienes, que siendo 'pro Bono' no pueden ser caros. La crisis de muchos medios de comunicación se debe, al menos en España, al empeño de conseguir cerrar el mercado, desportillado más que abierto, y en el poco aprecio a los regalos informativos del potentado manchego. Hace dos años, Rajoy decidió abochornar a sus votantes y sacó en su última aparición televisiva a una niña, bautizada pronto como la 'Niña de Rajoy', aunque, según supimos después, el recurso humano había sido ya utilizado en varias campañas electorales suramericanas. Vamos, que 'la niña' de Mariano estaba más baqueteada que 'La Coquito', heroína sicalíptica de Joaquín Belda, hoy olvidado. ¡Si al menos hubiera sido ministro de Franco!

Como la 'Niña de Rajoy' hizo mucho ruido y nada odian más los políticos que pasar inadvertidos, Carme Chacón se proclamó en Barcelona la 'Niña de Felipe', ante el mismísimo Mr. X. Y aunque no posó de niña mendiga como la Alicia Liddell de Lewis Carroll, la monería le dio votos. Ahora bien, ni la niña de alquiler de Rajoy ni la niña de imitación de Felipe le llegan a la altura de los zapatitos de charol a la 'niña de Bono', que con sólo diez años tiene, según ha publicado la prensa del solaz inmobiliario, una propiedad a su nombre de trescientos mil euros, o sea, más de 'un garzón', sucesor del 'pellón' como unidad de medida del trinque fino. Es verdad que la criatura, adoptada por los Bono, fue bautizada en la Catedral de Toledo con más pompa que una infanta de España, pero nadie podía suponer tanta generosidad paterna. ¡Y tan temprana! Sólo falta que la 'niña de Bono' cante -canciones, claro- en alguno de los concursos de talentos infantiles que se anuncian de golpe en varias cadenas de televisión. Ganará, para no perder la costumbre. Si no, veo a Barreda citando a Bertín Osborne en el aeropuerto de Ciudad Real.