¡CAMPEONES!!!!!!

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sábado, 24 de abril de 2010

Isabel San Sebastian

Un velo en la cara (dura)

Hay que tener mucha cara y muy dura para montar el numerito que están protagonizando Najwa, sus amigas solidarias y los papás de todas ellas en Pozuelo de Alarcón. No creo que exista un velo capaz de tapar tanto rostro.

Mohamed Walha, padre de la niña, al igual que los progenitores de las otras insumisas del Camilo José Cela, vinieron a España en busca de una oportunidad y la encontraron en este municipio de la Comunidad madrileña en el que no se vive nada mal. Tanto ellos como sus hijos disfrutan de todos los derechos que otorga la ciudadanía española, incluida la educación gratuita, que son cuantiosos si se comparan con los que garantiza Marruecos. Nada que objetar. Pero hete aquí que, a la hora de respetar las obligaciones inherentes a esos derechos, pretenden ser diferentes; recibir un trato distinto en función de su religión. Y cuando se les dice que tal cosa no es posible, ponen el grito en el cielo y nos vienen con el cuento de la xenofobia discriminatoria.

¡Pues no! De discriminación nada. Se trata precisamente de lo contrario. De asumir que las normas son iguales para todos y han de cumplirse, so pena de acatar las consecuencias. Hay centros en Pozuelo en los que el pañuelo está permitido. ¿Por qué no solicita Najwa una plaza en uno de ellos, en lugar de hacerse la víctima habiendo provocado su situación con un acto de indisciplina?

Lo dicho; hay que tener mucha cara y muy dura.

Nos hablan de libertad individual después de afirmar, como ha hecho el padre de una de las menores ante las cámaras, que «la niña ha tenido la primera regla y tiene que llevar el velo por obligación». ¿Y pretenden que nos creamos que esas chicas son libres? ¿Que no están manipuladas? ¿Dónde paran sus madres?

Incluso hay islamistas que se permiten darnos lecciones de tolerancia. ¡Qué ironía! Tolerante un credo que relaciona la menstruación con la necesidad de cubrirse, como mínimo, la cabeza. Que otorga al testimonio de una mujer la mitad del valor que al del hombre. Que condena a muerte a los apóstatas. Que habla de guerra santa.

Mi enhorabuena al consejo escolar del instituto por no dejarse amedrentar ni optar por lo políticamente correcto. ¡Menos mal! Voces como la de Esperanza Aguirre, contraria al uso de esta prenda machista en la escuela, resultan reconfortantes. La que se echa de menos es la de la presunta ministra del ramo, Bibiana Aído, que anda muy ocupada fomentando la desigualdad en la contratación e inventándose Caperucitos… ¡Otra que puede alardear de cara!

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