David Guistau

'Epater le bourgeois'

Por un lado, tenemos la mala conciencia de Zetapé. Quien, para humillación pública de su personaje, un día se acostó tan «rojo» que se proclamaba como tal en las portadas de las revistas femeninas y en los mítines mineros, y al día siguiente se levantó vampiro 'neocon'. Por otro, tenemos el desencanto de sus votantes más radicales, los del «Pásalo», que no van a permanecer mucho tiempo entretenidos en la lucha contra Franco a cuenta del 'mcguffin' Garzón y pronto descubrirán que ya sólo les cohesiona la aversión a que gobierne el PP: una ruina progresista siempre les será preferible a un progreso de derechas.

La coincidencia de estos dos factores ubica al gobierno en una posición que puede propiciar cualquier barbaridad: necesita parecer de izquierda. Hacer algo, cualquier cosa, que renueve el pedigrí ideológico a partir del cual levantaron un complejo de superioridad moral. Daría no menos de 50 euros por asistir a un 'brainstorming' en el que un puñado de fontaneros discurra cómo pasar por 'rojo' sin recibir por ello otra llamada punitiva de la Casa Blanca ni causar en las bolsas más temblores precursores del apocalipsis. Su situación es la de los artistas de las vanguardias y los ismos: hay que 'épater le bourgeois'. Y cuanto antes.

Por épater le bourgeois, Nerval sacó a pasear una langosta con correa e Yves Klein se partió varias costillas al arrojarse de una tapia curvándose en el salto del ángel. También por 'épater le bourgeois', Chaves ha rescatado la caracterización criminal de «los ricos», la superstición neomarxista de la riqueza criminal por la que sólo José Bono ha sido indultado como si hubieran aplicado a su puerta un brochazo de sangre de cordero. Cabe esperar, siempre que a alguien no se le ocurra antes meter en un camión rumbo a Paracuellos a los miembros del CGPJ que han suspendido a Garzón, que el afán por antojarse de izquierdas no culmine con la instalación en la Puerta del Sol de una guillotina a la que serían conducidos «los ricos» del IRPF, en carromato y sometidos al lanzamiento de hortalizas por parte de toda esa mamporrería de la ceja que hasta hace dos tardes cantaba contra los cenizos y por la alegría zapateriana. ¿Alegría, en esta España en la que el pueblo recortado y aplastado se conjura contra el primer político que sea visto saliendo de Zalacaín? Espero que se estén divirtiendo.

Decapitar ricos podría plantear problemas legales, esto lo reconocería hasta Leire Pajín. O no. Por ello, una sugerencia para ir tirando como izquierdistas hasta la siguiente ocurrencia de Zetapé: en el próximo pleno del Congreso, que todos los miembros de la bancada azul aparezcan con boinas y barbas 'cheguevaristas'. Es un principio.