Vuelven los inversores
El ejército de inversores es el mismo ejército de especuladores al que amenazó De la Vega. Y de nuevo la semejanza con Blücher se impone. De no llegar a Waterloo, se hubiera dicho que Prusia negaba a Inglaterra la hegemonía mundial, y razones había: la Francia de Napoleón hubiera sido más débil e Inglaterra no tan fuerte. Pero llegó y el corso acabó en Santa Elena. Lo malo es que a Zapatero se le ha puesto cara de Napoleón, aunque, de creer al CIS, en Elba, si no en Marengo. Hoy, sus explicaciones incluirán, espero, la mutación del ejército de criminales especuladores en criminales inversores. Porque los mismos que vendieron el viernes (-11,4%) y compraron el lunes (+14,2%), volvieron a vender el martes (-3,3%) y a saber el miércoles. Salgado, tras el Hot Yoga, ha llamado mentirosa en TVE a Merkel, que dijo que nos vigilarían por si tirábamos el dinero. Claro, si no vamos a recurrir al fondo de nuestro rescate, ¿a qué vigilarnos? ¿Y para qué los 750.000 millones del fondo? Los criminales especuladores, disfrazados de inversores, se frotan las manos. Dice el romance antiguo: «En la grande polvareda | perdimos a Don Beltrane». Y Castilla a la Beltraneja en Portugal. Y España, la vergüenza en todas partes.
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