Federico Jimenez Losantos

La izquierda en ruinas

El numerito de los amigos de Garzón, que son también los amigos ideológicos -titiriteros- y socios políticos de Zapatero -comunistas del pleistoceno y separatistas del cieno-, arroja una luz que podría ser de Noviembre: inclemente y fría, sin esperanzas de luz.

La izquierda clásica o comunista, antinacional como nunca, ha retrocedido en táctica e ideas a extremos abandonados desde el desventurado José Díaz, la entronización de 'La Pasionaria' y el ascenso de Carrillo y los querubes soviéticos de las JSU. Pocos han estudiado ese PCE de antes de convertirse en oficina del Kremlin, vigilada hasta 1939 por 'Ercoli' (Togliatti) y pastoreada por Dimítrov y Stépanov, cuyos informes desclasificados al caer la URSS son los que incriminan a Carrillo en la masacre de Paracuellos, esa que Garzón rechazó investigar. Pero su condición de secta boba la prueban sus pintadas en la Plaza de Oriente tras huir cobardemente Alfonso XIII: «¡Vivan los soviets!». Nadie en Madrid sabía qué eran los soviets. Y los pocos que lo sabían, del PSOE como De los Ríos o de la CNT como Nin, que viajaron y hasta colaboraron con Lenin, acabaron espantados por la crueldad de la dictadura soviética y la hambruna de los más pobres.

Pero 40 años después, el PCE se reinventó. Fue en los años 70, poco antes y después de la muerte de Franco, con el eurocomunismo de Berlingüer, Marchais y el propio Carrillo, éste esgrimiendo su política de Reconciliación Nacional y el pacto con Suárez y el Rey. Luego se vio que, como denunció Tamames, Carrillo nunca entendió la evolución interna de los afiliados al PCE hacia las libertades. De ahí la desbandada hacia el PSOE en el 82, remendada por Anguita y descosida por Frutos y Llamazares. Si 24 diputados en 1977 eran un fracaso, ¿qué son dos en 2008?

La izquierda apayasada, chequista y 'sociata', endiosando a Garzón elogia a Franco

Pero lo peor es que Garzón, símbolo de la Audiencia Nacional, antes TOP, montando numeritos contra la Reconciliación Nacional propios del FRAP o la ETA, enriquecido personalmente sacándoles dinero a los banqueros y que atropella el derecho de los detenidos a comunicarse con su abogado (no hay ya ex reclusos de la dictadura), sea el ídolo de esta izquierda apayasada, chequista y 'sociata' por delegación. El PCE vuelve a José Díaz y pierde lo que ganó en los 70, acogiendo a los disidentes del franquismo. Endiosando a Garzón, aplauden a Vichinsky y elogian a Franco. Ésta es la izquierda en ruinas. La derecha arruinada merece comentario aparte.