¡CAMPEONES!!!!!!

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lunes, 17 de mayo de 2010

Isabel San Sebastian

El valor de una moción de censura

Hace bien la secretaria general de los populares en pedir elecciones anticipadas, dado que el presidente ha perdido el control del país, pero mejor haría su jefe presentando una moción de censura. La responsabilidad inherente al cargo que ejerce le exige que lo haga cuanto antes, sin más excusas, no porque la oposición sea culpable de la gravísima situación en la que estamos, sino porque España necesita urgentemente una alternativa y la única posible es la que encarna el PP.

No se trata de aritmética parlamentaria ni mucho menos de cálculos demoscópicos de esos que tanto gustan a los aparatos de los partidos. Da igual que la gane o la pierda. Lo esencial es que tenga el valor de elaborar un programa de gobierno completo y someterlo al juicio de la ciudadanía. Que nos diga exactamente en qué punto de la crisis estamos y hacia dónde debemos ir. Que cuantifique los sacrificios indispensables y los asigne a quien corresponda, especificando los nombres de esos colectivos. Que marque una meta y un rumbo para esta nación que navega a la deriva. Que nos devuelva la esperanza. Si no lo hace, si se deja llevar por las voces (incluida la suya interior) que le animan a dejar que se pudran las cosas hasta caer por su propio peso, se arriesga a heredar un erial o incluso a ser desheredado.

Por supuesto que no es el PP quien nos ha metido en este hoyo. No es su gestión la que nos ha sacado de la primera división europea y ha quebrantado nuestra soberanía hasta el punto de imponer una tutela extranjera a la política económica que se legisla en las Cortes. Ese mérito corresponde enteramente a Zapatero, quien habría dimitido el mismo miércoles si conociera el significado de la palabra dignidad. Como evidentemente no es el caso, de nada sirve pedirle que nos convoque a las urnas. No lo hará. Tampoco resolverá nada. Irá ganando tiempo, entreteniendo a sus bases con maniobras de evasión como la memora histórica o las bobadas que van ocurriéndosele a la ministra de Igualdad, y confiando en que se produzca un milagro antes de 2012.

Descartada pues la vía del honor, queda únicamente la de la presión. Y dado que los sindicatos no van a echarle movilizando a la calle (¿dónde encontrarían otro chollo semejante?) es imprescindible arrinconarle en el Congreso. Si no salen los números, al menos que queden bien patentes sus vergüenzas.

Claro que la presentación de una moción de censura requiere coraje, convicción, un proyecto político definido y ganas de llegar a la Moncloa para devolver a España la identidad que le ha querido robar su actual inquilino.

¿Cumple Rajoy esos requisitos?

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