¡CAMPEONES!!!!!!

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lunes, 17 de mayo de 2010

Víctor de la Serna

Zapatero no cae en el camino de Damasco: lo tiran otros

España va a ser más pobre, y la tardanza en frenar el déficit galopante agrava más esa pobreza y los recortes sociales. Y los que vengan. En una tertulia de esRadio advertía Alberto Recarte: «Probablemente no tenemos dinero ni para pagar las actuales pensiones, por escasas que sean». Un Zapatero que desganadamente anunció medidas que golpean a los ciudadanos, pero ningún recorte importante de los dispendios gubernamentales, ha quedado retratado como un veleta inconsciente. Curiosamente, las críticas y algunas loas se reparten entre medios de izquierdas y de derechas.

Un editorial de ABC remachaba: «No sólo es responsabilidad del Gobierno. A esta situación también se ha llegado por el coro de complacientes -sindicatos, gurús, minorías parlamentarias- que han secundado (...) la gran estafa política cometida por el Gobierno (...) contra la sociedad española».

Editorialmente, los medios de Prisa se colocaban de repente a la cabeza de la manifestación: para Cinco Días, el presidente «bajó al ruedo de la realidad» por una serie de motivos, incluido «el clamor que medios de comunicación y sociedad civil ejercen sobre el Ejecutivo para que reparta los sacrificios de la recesión». Y El País también reprochaba: «El discurso del presidente estuvo a la altura de las circunstancias. Lo que, en sentido contrario, impl ica que no lo ha estado durante los dos últimos años». En cambio, en Expansión, magnanimidad: «No hay que quitar mérito al presidente. Podría haberse enrocado en sus dogmas para evitar pasar a la historia como el presidente que impuso el mayor recorte social de la democracia y ahorrarse la contestación social que sin duda tendrá».

Xavier Vidal-Folch, inasequible al desaliento, celebraba en El País al líder y fustigaba a Rajoy: «Ahora que parece que tenemos un presidente-presidente, esto es, alguien capaz de repartir disgustos y no sólo carantoñas, el jefe de la oposición mantiene su gastado oráculo: leña al mono hasta que hable inglés». También desde la izquierda, Carlos Elordi, en El Periódico, rezumaba ira: «Zapatero ha hecho mal -y se verá qué precio tiene que pagar por ello en forma de contestación social-, pero no podía hacer otra cosa. Porque no es él quien manda. (...) El problema, aquí y en todo el mundo, es cómo se modifica esa infernal relación de fuerzas, cómo se recorta el poder de los mercados, del capitalismo financiero desbocado. La izquierda, en cualquiera de sus versiones, está desarmada frente a ese reto. Pero el desafío no va sólo contra ella. Es la democracia misma lo que los brokers están poniendo en cuestión».

El desencanto llega al cénit, claro, en Público,que venía de reírse de los mercados. Ignacio Escolar comentaba, no sin tino: «Lo peor es de dónde sale el dinero, un tijeretazo liberal, sin ni siquiera un mínimo gesto simbólico de izquierdas (...) Puestos a recortar el gasto público, ¿de verdad no había otro sitio mejor donde meter la tijera?».

Y Francesc de Carreras, en La Vanguardia, sentenciaba: «El presidente sólo tiene dos salidas: o retirarse o dejar la adolescencia política y pasar a la mayoría de edad».

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