¡CAMPEONES!!!!!!

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sábado, 1 de mayo de 2010

Santiago González

A CONTRAPELO

Taxista en fuga

Lo último que habíamos sabido de 'Iñaki' de Juana Chaos es que su intento de convertirse en taxista en Belfast había fracasado al denegársele la preceptiva licencia por la West Belfast Taxi Association, que tiene en su nómina de conductores a 15 ex terroristas. No es que sean muy mirados para los delitos de sangre, pero se la han negado a nuestro hombre por mentiroso, por haber ocultado su pasado. En todas partes hay un código del hampa que se debe respetar.
Algunos reclaman su extradición por haber enaltecido el terrorismo durante el homenaje que se le rindió en la calle de Juan de Bilbao, en la parte vieja donostiarra, el 2 de agosto de 2008 a su salida de la cárcel. Aquel día se leyó una carta suya cuya autoría niega, en la que se recogía la divisa que guió la vida y obra de Txomin Iturbe desde que era el portero del equipo de fútbol de su pueblo, Mondragón: «'¡Aurrera bolie'! [Adelante la pelota]».
¿Es ésta una metáfora de la lucha armada? También podría serlo del acto de levantarse de la cama. No podemos afirmar nada concluyente en lo tocante a la literatura. Quienes hayan visto 'Ciudadano Kane' recordarán que toda la película es una investigación sobre la palabra 'rosebud' (literalmente, capullo de rosa) pronunciada por Charles Foster Kane en el momento de entregar la cuchara, en la primera secuencia del filme. Orson Welles resuelve el enigma en los planos finales, cuando unos operarios echan al fuego el trineo del magnate de la prensa cuando era un niño pobre. En él aparece escrita la palabra misteriosa.
En realidad, Welles gastó una broma a William Randolph Hearst, el personaje real en que inspiró su película. 'Rosebud' era el nombre que él daba en la intimidad de los juegos de alcoba al sexo de su amante, la actriz Marion Davis.
A mí me parecía bien lo del taxi. Taxista en Belfast era un oficio digno para reciclar a un 'gudari' por vía menestral en la vida cotidiana. Mucho mejor que traerlo a su casa de San Sebastián, donde habrían de aguantar su presencia cinco víctimas de ETA que viven en la misma calle. Ciertamente, no era Robert de Niro en 'Taxi driver', pero ya se sabe que el cine idealiza mucho todo lo que retrata.
Tampoco habría tenido nada contra la idea de que lo contrataran en algún atunero vasco para guardar su seguridad en el Índico, un poco en plan Malcom McDowell al final de 'La naranja mecánica'. La idea de que se ha perdido su rastro en un barco que salió de Irlanda tampoco está mal, en la línea de aquel otro psicópata de las niñas de Alcàsser, Antonio Anglés, cuyo rastro se perdió en un barco que iba a Irlanda.
A falta de mayores precisiones también cabe suponer que la feliz pareja decidió repetir en versión micro la odisea del 'Mayflower', que zarpó hacia el nuevo mundo llevándose a Nueva Inglaterra los desechos sociales de la vieja. Quién sabe si a estas horas los dos se están labrando un porvenir como asesores de Chávez en Venezuela, escribiéndole discursos o haciendo los coros para el 'Aló, presidente', vestidos con guayaberas rojas como corresponde a un ejemplar matrimonio bolivariano. Cualquier cosa estará bien con tal de que no vuelva.

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